A Sacha, el oso, le gustaría acercarse a la miel, pero teme a las abejas.
Tiene una idea. Hacerse amigo de una de ellas porque… los amigos lo comparten todo. ¿Verdad?
Sacha le pregunta a la abeja : «¿Qué haces?»
—Bailo –le contesta la abeja—. Así mis amigas saben dónde están las mejores flores.
Hummm… Aprender a bailar es una buena idea, pues los amigos también bailan juntos.
–¿Puedes enseñarme? —pregunta el oso.
–No tengo tiempo –le contesta la abeja.
Entonces, el oso va a pedir consejo a la mariposa, quien le contesta que lo que cuenta en el baile es el traje y el equilibrio. El venado, a su vez, le da consejos: «Sostente sobre la punta de las patas y da saltitos ligeros». Pero, al ver lo torpe que es el oso, finalmente añade: «Tienes que buscar en ti cuál es TU baile».
Cada animal del bosque al que el oso acude con sus preguntas le da una respuesta muy personal y poco adecuada a su naturaleza…