No siempre fui una hermana mayor. Hasta, que un día, me convertí en eso. Cuando papá llamó para avisarnos de que había nacido Max, el bebé, me apresuré en ponerme mi vestido de superheroína, escondí mi caja del tesoro y me puse esmalte en las uñas de los pies.
Yo quería impresionar a Max a toda costa. Cuando llegó, mi hermano era muy pequeño, tenía los ojos cerrados, olía a loción para bebés. Casi no se movía…
Un álbum ilustrado de una prometedora autora-ilustradora que da la vuelta a los libros que se suelen publicar sobre el tema y que nos habla de la espera, de la expectación y, también, tal vez un poco de la desilusión.
El universo de la hermana mayor está dibujado con humor y ternura. La representación de Max, el bebé, es de un gran realismo y despierta ternura en el lector.