Un libro sobre ecología que no cae en la tentación de dar lecciones o de generar sentimientos de culpa. Una historia en la que un personaje, Héctor, que era visto como el perezoso o el soñador, se convierte en el salvador del grupo (recuerda de alguna manera al maravilloso ratón Frederick de Leo Lionni).
Las ardillas van y vienen por el bosque recogiendo nueces, y cuando al final de la jornada cuentan lo que cada una ha recogido, resulta que Héctor ha traído muchas menos nueces que las demás. Por eso es señalado y terminan haciéndole a un lado. Pero un día una sombra amenazadora se cierne sobre el horizonte, y la ilustración de grueso trazo negro y manchas de color, en su transición de los tonos de verde y marrón a una gama de grises, nos transporta a la catástrofe de la historia: una tormenta arrasa con el bosque de las ardillas.
Entonces, Héctor devela su secreto: durante todos estos años ha estado plantando la mayoría de las nueces que recogía, y ahora se han convertido en un bosque maravilloso.
El autor hace una breve explicación de su historia al final del libro, y entre otras cosas dice que le gustaría inspirar a los jóvenes lectores a actuar por nuestro entorno, “¡tan hermoso y tan frágil!”.
PREMIO DEL LIBRO VERDE SAINT-EXUPÉRY 2021